guardas bajo palomas de alicate una herida hambrienta de rasantes y espátulas. atrévete a que supure. inféctala. manipúlala para que te salte a la boca un gemido desobediente. huye. y reza. reza como gimen las vestales al deshacerse de su manto blanco.
Articles relacionats
Vista previa: SUEÑO DEL PADRE, EL
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuració.