Con esta frase, inicio del libro El pacto del agua, de Abraham Verghese, deben comenzar los relatos de esta octava quincena de la tercera temporada del concurso de relatos de Ali iTruc con Onda Cero.
Hemos recibido un total de 28 relatos (ordenados alfabéticamente a partir del primero recibido) que, durante los días 19, 20 y 21 de enero pueden ser votados por los autores y resto de público enviando sus puntuaciones al correo david@aliitruc.es, eligiendo los tres relatos favoritos. De estas votaciones, saldrá la terna finalista de la quincena, que conoceremos el próximo lunes 22 de enero en Onda Cero Elche.
AADHILA
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. La nombran Aadhila. Vive en Rajastán.
Sus padres le han prometido una fiesta lujosa por su aniversario y un cambio de casa que la deja sorprendida.
Sus ojos, color miel en una cara tañida por el sol y adornada con brillantes en el entrecejo y en el orificio nasal izquierdo. Se vislumbra una mueca de sonrisa. Una tela, de colores delicados, está prendida del pelo. Se desliza por sus mejillas sintiéndose fotografiada por miradas de varones enjutos.
Su hermana, Chetana, algo mayor y con tres hijos, no cesa de llorar. Maldice la tradición para con su pequeña del alma.
ADIÓS
«Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana». Ese es el meollo de la historia, y yo, narrador omnisciente, el encargado de contar los acontecimientos que van a suceder. Pero conocer la historia completa, es aterrador. Le he pedido a mi creador que me libere de este trabajo, que me convierta en parte de la historia, lo mismo me da ser héroe o villano, pero que la historia la cuente alguien que desconozca lo que va a suceder y no esté influenciado por las emociones. Me ha dicho que ni hablar, que si quiero seguir existiendo, me ponga a narrar. Es tan terrible, que me niego. Prefiero desaparecer.
AFORTUNADA
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. Ha tenido suerte. A su hermana la entregaron con diez.
AMOR PREDESTINADO
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. Él tiene quince y ya hace dos, que un fusil cuelga sobre sus hombros.
El nombre de ella es Salma y el martes debe unirse a la familia de Mohamed.
Él se llama Yuri y también el martes, debe proteger unas trincheras en las afueras de Járkov.
Salma y Yuri son de esas extrañas almas gemelas que nacen cada cuatro o cinco lustros (predestinados a amarse con locura) pero nunca llegarán a conocerse. Mañana se acabará todo para ellos.
ASHA
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana.
Asha escuchaba a su abuela hablar con su madre. Ella había vivido lo mismo, miedo, incertidumbre, inseguridad. Asha permanecía con los ojos intensos y negros abiertos, abrigada por las mantas de su cama, en un intento de protegerse de toda aquella vorágine que se le venía encima, que le privaría de su infancia para siempre. Obligada a enfrentarse a la realidad de la vida adulta, su alma de niña, no entendía. De repente, un impulso. Metió varios ropajes en un hatillo, colocó su sari, calzó sus sandalias y sigilosamente salió a la puerta trasera de la casa, hacia la libertad.
¡BASTA YA!
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. Durante la víspera del que debería ser el día más feliz de su vida, en la casa no se atisba ni un ápice de ilusión. Al contrario: Indira llora, su padre grita y su madre se muerde los labios y… calla.
La obligan a dejar la escuela. La obligan a dejar de jugar. Indira solo tiene doce años y la van a casar por la mañana, con un hombre al que teme y odia: ¡el viudo de su hermana gemela!
COSTUMBRES
—Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana, tenemos que hacer algo, señor gobernador —dijo el joven, recién llegado a Calcuta—, son costumbres de bárbaros ignorantes… —siguió insistiendo.
—Lo lamento, las normas de la Cancillería son claras: no podemos intervenir en cuestiones religiosas ni costumbres locales… bastantes problemas ya tenemos con este abogado indio, Gandhi, que está revolucionando Londres, lo lamento mucho.
A su lado, lady Helen, la esposa del gobernador, movía la cabeza, consternada, pero así eran las cosas.
El joven apretó los labios, contrariado y salió del despacho.
Ya solos, sir John preguntó, —Querida, ¿Qué edad tenías tu cuando nuestras familias acordaron el matrimonio? ¿doce años?
EN GEORGIA
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana.
Laila es georgiana y en su país, según una ancestral tradición que se remonta a siglos atrás, es normal que las futuras mujeres, se casen siendo niñas, en bodas concertadas por sus padres. Así que Laila con doce años se casa mañana.
Laila tenía sueños para su futuro, quería ser peluquera, pero aceptó su destino y después de un año, se había convertido en una perfecta ama de casa.
Estamos en el siglo XXI, pero en algunos países siguen viviendo en la Edad Media.
¡¡¡Qué pena!!!
EVASIÓN
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. Gian de catorce años, la ama desde la primera vez que la vio.
Esa noche, a escondidas, trepa los cercos de la casa para llegar al cuarto de Anisha; ella, sorprendida, se alegra de ver a su amigo, compañero de juegos y de sueños y como no puede hablar con nadie, está feliz de poder llorar en el hombro de Gian.
Hablaron durante horas hasta que, con mirada resuelta, Anisha lo invita a compartir una infusión que prepara.
La mañana siguiente, cuando su madre va a despertarla, descubre sobre la alfombra dos cuerpos sin vida, tomados de la mano.
FUTURO CIERTO, FUTURO INCIERTO
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. ¡Mi pobre niña! Cortarán de raíz su niñez y será otra víctima más de esas terribles costumbres ancestrales. Sufrirá y se marchitará sin un amigo de verdad que la consuele… Podrá seguir contando conmigo, sí… hasta que dé a luz a su primer hijo, que será más pronto que tarde. Entonces se irá alejando cada día un poco más de mí, y terminará olvidando que yo siempre estuve a su lado. ¿Qué pasará entonces conmigo? Si quiero seguir existiendo, debo encontrar con urgencia a alguien que también necesite un amigo imaginario.
JUEGOS NUPCIALES
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. Él no tiene muchos más. Apenas catorce. Durante la noche de bodas, se oyen gritos y golpes desde el cuarto nupcial. Uno de los suegros, arcaico hijo de las costumbres ancestrales, apoya la oreja sobre los arabescos de la puerta. Se oyen gemidos suaves. Y las respiraciones entrecortadas como hipos. Ambos patriarcas brindan con Arak anisado, celebrando, satisfechos, la pronta consumación del fin de la inocencia. Sin sospechar, siquiera, que aquella agitación que poseyó a Abdul y Hanifa…, se debe a que han plegado el acta matrimonial y están jugando ahora mismo a los avioncitos de papel. Como cualquier niño.
LA DIFERENCIA
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana, era la frase repetitiva en la tertulia. La radio atronaba el viejo local con la noticia del día, Braulio entretejía una palma para semana santa. Vuelta a derechas y vuelta a izquierda, cogía otra hebra de palma afanándose en la trama, era la del Papa. De vez en cuando miraba a Vicenta, su mujer, sentada enfrente y puesta en la discusión de la radio. En los silencios de la misma radio se oía la música de las hebras de palma tejiéndose en las manos arrugadas del matrimonio. Hace mil años ellos también tuvieron doce. La diferencia era el amor.
LA LÁMPARA
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. En su habitación, el vestido de novia cuelga ufano de una lámpara de araña; mientras que Leonor llora abrazándose a su almohada…
Horas después, cuando los primeros rayos de sol comienzan a filtrarse por la ventana y a lo lejos suenan las campanas, su cama ya está vacía; y la niña vestida de blanco… pende, oscilante, de la enorme lámpara de lágrimas.
LA NIÑA CASADA
«Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. Saldrá deslumbrante, esa pobre niña, con todos los abalorios de una novia dispuestos en su cuerpo, sin duda para esconder su infancia… con todo el maquillaje que disimule su párvula fisonomía, su ingenua mirada, su candidez extrema, y convertirla así en una experta madame; en una esclava sin nombre propio» … La pantalla del televisor se fue a negro y acabó el reportaje.
Azahara acudía a clase de español los martes por la tarde. Quería aprender, comprender el mundo tan distinto al suyo, al que había llegado no hacía mucho con sus padres desde Marruecos. Ella también tenía doce años.
LA REINA
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana.
Su país es uno de los 54 en África; hace años el colonialismo francés eliminó la monarquía allí; pero, en paralelo, la tradición continúa con sus costumbres ancestrales y se elige reina cada vez que está vacante el trono.
Ella es la heredera; para ser coronada debe estar casada. Esta tarde los sabios de su etnia comprobarán, públicamente, su virginidad y otras cuestiones relacionadas. Siente miedo.
Mañana, en su boda, conocerá al que será su marido y dueño de su corona de reina.
LUISA ISABEL DE ORLEANS
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana.
Se llama Luisa Isabel de Orleans y un día de 1721, la mandan sin margen de réplica en dirección a Madrid, para casarse con Luis I, de 15 años, hijo de Felipe V.
El Palacio Ducal de Lerma, luce esplendoroso y la princesa niña luce maravillosamente bella.
Según La Gaceta de Madrid de 1721, el rey le regaló cuarenta vestidos de lujo, diamantes y un profesor que le daba clases de español.
Luisa Isabel, se convierte en una reina rebelde y subversiva a la que acaban apodando como «la Reina Loca».
¡¡¡No me extraña!!! Qué fuerte.
NAMASTÉ
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. Sin duda uno de los titulares más escalofriantes que escribí en mi etapa de periodista en la India. Kathun era pobre de nacimiento, hermana mayor de cinco niños, trabajaba por un puñado de rupias y con eso apenas tenían para comer. Su padre la casó con un señor 25 años mayor que ella, así conseguiría un buen dinero para intentar darles prosperidad a sus otros hijos. Su historia me cambió la vida. Lo dejé todo y la rescaté. Ahora somos socias de una ONG y luchamos por la infancia, educación y libertad de las niñas en la India. Namasté.
PALABRAS COMO SABLES
«Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana». Aisha no pudo sacarse de la cabeza esas palabras en toda la noche, que pasó en vela llorando, después de haberlas oído pronunciar, tajante y apesadumbrada, a su madre. Se lo contaba a su tía Salima, quien ya se lo temía. La contundente frase hería a Aisha una y otra vez, como sable cortante.
En realidad, a quien iban a herir era a su amiga del alma – Hanifa Djelil- con la que había ido al colegio desde pequeña. Eran de la misma edad. Ambas se parecían físicamente, incluso, y sus familias guardaban, aparentemente, una buena amistad desde tiempo atrás.
UNA PESADILLA DISTÓPICA
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana.
Al despertarme, empapado en sudor frío, sólo recordaba esa frase. El día anterior mi hija había cumplido doce años rodeada de amigos y con la felicidad propia de su vida acomodada. Sin embargo, en mi pesadilla la entregaba, en matrimonio, a un rey medieval. ¿Una distopía?
La radio me demostró que la realidad supera a la ficción:
La portavoz del gobierno ha declarado: «Después de arduas negociaciones el gobierno progresista de España ha pactado en Bruselas la vuelta al feudalismo».
¿POR QUÉ A MI?
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana.
stá feliz, la noche se le hace eterna pensando en el guapo muchacho (el más guapo de la tribu de los Masai), que ha tenido la deferencia de pedirla como esposa.
Dentro de la “Boma” (circulo empalizado que protege el poblado) su Manyata (cabaña), esta lista para habitarla.
Aunque Matu y Amara ya han yacido juntos, la ceremonia y los abalorios y su peinado de trenzas y su túnica preciosa, la tienen totalmente subyugada.
Y no deja de pensar ¡¡¡qué ganas tengo de que amanezca!!!
PRESIDENTE
‒Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana.
‒¡No me fastidies! ¿A qué hora?
‒A las doce. ¿Pero eso que más da?
‒Es que a esa hora juega el Madrid la copa Intercontinental.
‒Lo importante es que no se produzca la ceremonia, para eso estamos aquí con nuestra ONG. Cómo presidente deberías paralizar este despropósito.
Tras dos horas...
‒¿Cómo ha ido?
‒Mejor de lo esperado. No te preocupes. He hablado con la familia y lo he conseguido.
‒¡Menos mal!, ¿has paralizado la boda?
‒No. Pero la he cambiado a las cinco de la tarde. Así podremos ver el partido.
PROTECTORA DE ANIMALES
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. No me parece lógico, y por ello les escribo, para ver si pueden hacer algo. Ella es un perro salchicha, y la van a casar con un pastor alemán. Es una familia terca, enrevesada y tozuda, que piensan que debe haber boda para que tengan una camada de cachorros «pastichas». La ceremonia será oficiada por un párroco (previo pago generoso) en la ermita de San Antón.
Después del despropósito dejarán toda la noche solos a los perros en un cuarto, con comida y agua, a modo de luna de miel.
Ruego paralicen esto.
Firmado: Tifu.
REGALO DE BODAS
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. Sus ojos brillan y dejan traslucir su alegría.
A su alrededor la vida sigue con la monotonía de siempre, como si fuera lo más normal del mundo casar una hija, pero ella está nerviosa. Al fin y al cabo, va a ser un gran cambio en su vida.
Casi no recuerda a su marido, hace mucho que lo conoció y apenas fueron unos minutos. Suficientes para el trato. Solo se acuerda de que llevaba barba y que la obsequió con unos pastelillos.
Ahora se irá a vivir con él y está contenta. Quizá en adelante pueda comer todos los días.
ROMPEOLAS
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. Para sus padres, Ranya ha dejado de ser una niña. ¡Ya es mujer! Por lo tanto, ya es válida para complacer, concebir y trabajar.
Su padre parece satisfecho con el acuerdo matrimonial, pero a ella se le han roto todos los sueños: enamorarse, ir a la universidad, viajar…
Las ilusiones de Ranya se han roto; y lo han hecho con la misma rabia que lo hacen las olas, al chocar contra las rocas que frenan al mar.
SINTAXIS ELEMENTAL
«Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana»
Oración enunciativa, compuesta coordinada.
«La niña, que no quiere casarse por nada del mundo, huye de su casa».
Oración enunciativa, compuesta subordinada adjetiva.
«Los padres son severamente castigados por no cumplir el compromiso adquirido».
Oración enunciativa, compuesta subordinada adverbial causal.
«¡¡Que se jodan!!»
Oración simple, exclamativa, desiderativa (ardientemente desiderativa).
TRADICIONAL
‒Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana.
‒Vaya, lo dices como si fuera una chiquilla. Tiene doce años de noviazgo. ¿Te parece poco? Si cumplirá cuarenta y cinco años el próximo mes.
‒Lo sé. Pero es tan tradicional... Se prometió conocer a su futuro esposo mínimo doce años antes del matrimonio, para no equivocarse.
‒Espero que no hayan estado en celibato tanto tiempo, que lástima sería eso.
‒Pues sí. Ella lleva puesto siempre el cinturón de Orión. Que él abrirá en la noche de bodas.
‒Suena a místico. Espero que no les dé por intentar tener hijos...
‒Pues dicen que ella quiere tener como mínimo tres...
UNA HISTORIA CON FINAL FELIZ
Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. ¡Ella es tu hija Saba!; decía la nota de Nawara. Doce años sin saber de ella, desde aquel pecado de juventud que nos entrelazó en una playa de Bombay. Sin pensarlo, esa noche secuestré a la niña y en el amanecer levé anclas rumbo a Londres. Saba se crio junto a mis otros hijos. Al tiempo traje a Nawara y su marido desde Bombay. Se instalaron en el departamento trasero de mi casa en Derbyshire. Sé que es muy larga la historia para ser contada en 100 palabras, pero baste saber que Saba y Nawara fueron felices… y yo también.
UNA NIÑA CON GANAS DE JUGAR
«Ella tiene doce años y la van a casar por la mañana. Y no puedo, ni quiero creerlo. Pero ahora comprendo por qué Aisha está faltando a clase últimamente». Los pensamientos de la profesora de Lengua iban y venían sin dejar espacio a nada más en su cerebro desde que se enteró por otra niña. La inminencia del evento lo requería ¿Cómo no se lo había dicho nadie? Ella hubiera removido cielo y tierra para que eso no sucediera. Pero, claro, precisamente por eso lo habían mantenido en secreto.
¡Doce años! ¡Dios Santo! ¡Es que es tan solo una niña con ganas de jugar y aprender
