PALACIOS COSTERO, EVA
Así fluye este poemario: como el pájaro que no
puede encontrar canto ni asiento. Ni lo encuentra
la mirada que hace hueco y es refugio, ni la palabra
conformada por una suerte de contraluz.
Asume lo agudo de la condición humana y de su
estar en el mundo, su incesante devenir, el asombro
que nos continúa generando el hecho de estar vivos.