SANCHEZ SOLER, MARIANO
«Nuestra Cruzada es la única lucha en la que los ricos que fueron a la guerra salieron más ricos»Francisco Franco, 21 de agosto de 1942Las grandes fortunas amasadas durante el franquismo, en los círculos próximos a la familia directa del general, han mantenido su impronta durante la democracia. Hoy los March, los Fierro, Koplowitz, Coca, Banús, Aguirre, Carceller, etc., continúan entre las familias más ricas de España.En cuanto soplaron los vientos de la democracia, la mayoría no dudó en desmarcarse de la dictadura, para proseguir sus negocios.Este libro habla de su auténtica historia, del modo en que amasaron sus fortunas, de la verdad que ocultan en sus biografías oficiales. Hoy, muchos de los descendientes de aquellos jerifaltes tienen un papel dirigente en nuestra sociedad. Desde banqueros y empresarios: Alberto Cortina, Juan Abelló, José Meliá hasta llegar a políticos de la derecha española: Rodrigo Rato, José María Aznar, Martín Villa y muchos más.Prácticamente ningún banco se ha eximido de sentar en su Consejo de Administración a un ex ministro de Franco. Todos ellos pertenecientes a familias instaladas en la élite del franquismo. Todos conforman una "clase social franquista" entrenadas en la autarquía de la posguerra, para enriquecerse a partir de 1959, con la llegada del Desarrollo.El Régimen de Franco estuvo al servicio de esa clase social, manteniendo un sistema fiscal que cargaba todo sobre los consumidores. Con el miedo instalado en la sociedad e impidiendo críticas públicas a la corrupción.Sobre La Familia Franco, S.A.«Magnífico libro. Probablemente sea el ensayo más completo sobre la fortuna amasada por la familia del dictador.»Diario 16«Mariano Sánchez Soler, revisa y actualiza la exhaustiva investigación sobre la fortuna del dictador y sus herederos que le ha ocupado durante más de tres décadas.»Vanity Fair«Nietos, sobrinos-nietos y numerosos descendientes de los Franco tampoco escapan a la paciente investigación de Sánchez-Soler, cuyas conclusiones, basadas en hechos probados, dejan a la estirpe del dictador en un lugar muy poco airoso.»Juan Bolea, El Periódico de Aragón