Quizá hemos de agradecer que Fernando Savater no haya estado en el jurado del premio Alfaguara de novela 2024, puesto que podríamos tener la duda razonable de que el filósofo no fuera proclive a conceder este premio a alguien a quien considera un mindundi. Dicho mindundi es Sergio del Molino, autor de Los alemanes. Ésta es una novela excepcional donde la existencia de una colonia alemana en Zaragoza, fruto de los avatares de la Primera Guerra Mundial, es la excusa de del Molino para reflexionar en primer plano sobre la culpa heredada pero dibujándonos en segundo y tercer plano unos marcos que encuadran muchas más materias que van desde la historia de Europa, hasta las relaciones familiares y de amistad, pasando por el colonialismo, la memoria histórica, la conciencia de clase, la música, la política, incluso el lenguaje o la autoconcepción que tiene la ciencia de sus límites.
Los alemanes del Camerún eran unos colonos que en 1916, ante el avance francés y británico, escapan a la Guinea Española, actual Guinea Ecuatorial, se entregan a las autoridades coloniales española y acaban expatriados en la península, muchos de ellos en Zaragoza, melancólicos de la Alemania del Segundo Reich, súbditos irredentos del Kaiser Guillermo II.
Los descendientes de algunos de los miembros de esta colonia alemana, que prosperó junto al Ebro a lo largo del s. XX, van a ser los protagonistas que de forma coral nos desvelan un siglo de historia como mar de fondo de la borrasca que se cierne sobre los hermanos Fede y Eva Schuster tras el entierro de su hermano mayor Gabi (Fede es un germanista que vive en Ratisbona, Eva una promesa de la política a punto de dar el gran salto desde la esfera municipal, Gabi fue una estrella de la música). Esta borrasca se desata cuando dos israelíes que han comprado el Real Zaragoza club de fútbol irrumpen en la ciudad con intenciones especulativas y dispuestos a levantar la alfombra de la memoria desvelando las bombas que se esconden debajo de ella.
Las voces de los hermanos Fede y Eva, de Berta Klein (amiga de Gabi), Asteri (pareja/asesor de Eva) o Ziv (nuevo presidente del Real Zaragoza) se van a turnar para contar en primera persona su intervención en la trama, sus sentimientos, impresiones, recuerdos e intenciones. Nos van a dejar conversaciones impagables entre Fede y Berta, Ziv y el alcalde de Zaragoza, Eva con Asteri...; y reflexiones que nos obligarán a pensar sobre cómo nos planteamos nuestra vida: nuestra soledad, nuestra compañía, nuestra gestión de los conflictos e incluso del duelo, propio y ajeno.
Los alemanes es una novela ambiciosa por la sencillez con la que encaja tanto estas piezas como las diferentes sensiblidades que te identifican con todas las voces que en ella confluyen.
Sin duda una lectura que se queda entre mis favoritas del año.
David Reche Espada
